Violencia de Género
Cuando una mujer es golpeada física o psicológicamente en su círculo más cercano, aparece, como un espejo, la imagen de lo que nuestra sociedad sigue siendo. El rol social que se atribuye a la mujer la convierte en víctima de una violencia específica que, aunque la conocemos por doméstica, es el más evidente ejemplo de Violencia de Género.
Desde esta perspectiva, las características humanas consideradas “femeninas” o “masculinas” son culturalmente aprendidas a través de la socialización, y no adquiridas biológica o “naturalmente” en base al sexo.
Para comprender la existencia de violencia hacia las mujeres, es indispensable conocer y analizar las percepciones y valoraciones que las personas realizan en torno al significado del ser hombre y del ser mujer, y analizar los estereotipos de género existentes, que mantienen un vínculo entre la idea de la superioridad del varón respecto de la mujer y la creencia de que el hombre tiene derecho a utilizar su fuerza física para mantener un dominio y control en el ámbito familiar.
La Casa de la Mujer trabaja desde sus inicios sobre esta temática, en 1987, y el problema sigue vigente.