Vida con Proyectos

Vida con proyectos fue puesto en práctica por la Casa de la Mujer durante 2009 en base a un proyecto conjunto entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Proimujer de Inefop. El programa apuntó a mujeres jóvenes con hijos chicos como forma de promover Vidas con proyectos y se planteó como un espacio anterior a los cursos de capacitación (también brindados en la Casa de la Mujer) para aquellas madres que no lograrían sostener esos cursos sin un primer acercamiento a nuevas experiencias: separarse y confiar al hijo a otro adulto para tomarse el tiempo de pensar en su proyecto propio. Luego de las deserciones de las primeras reuniones, el grupo de Vida con proyectos de la Casa de la Mujer quedó conformado por un grupo de 9 mujeres que transitaron todo el proceso.

Vida con proyectos empieza y termina con “El camino y yo”, una actividad que funciona como hilo conductor de todo el proceso de aprendizaje y que permite registrar los autodescubrimientos que se rescatan del proceso. Un regalo que llega al comienzo del proceso servirá para contener los aprendizajes: una caja y su correspondiente tapa. El camino está atravesado por un tiempo, un espacio y un soporte lúdico que promueven la reflexión personal, lo que permite a su vez conectarse con el mundo interno y fomentar la capacidad de cada uno de historizarse.

Vida con proyectos se conjuga a través de cinco módulos: Punto de partida, Objetivos, metas y estrategias, Plan de acción, Implementación y seguimiento, Evaluación y nuevo punto de partida. Al finalizar el proceso, las participantes, en una mirada retrospectiva, analizan lo que ha sido el camino. Esa mirada crítica implica reconocer aciertos y dificultades, a la vez que reflexionar sobre la apropiación y ejercitación de las competencias en base a una perspectiva de género. Las participantes retoman las oportunidades existentes en el entorno local que les permiten elaborar nuevos proyectos de crecimiento personal, educativo, laboral y de ejercicio de sus derechos. El objetivo es que las participantes vean qué herramientas adquiridas les posibilitarán establecer nuevos proyectos, y que se embarquen en esa tarea.

Este primer proyecto permitió generar aprendizajes que han sido recogidos en experiencias posteriores, como el curso de Ayudante de Cocina con madres durante 2014. Una conclusión a la que se llega es que el potencial es mayor en los grupos heterogéneos, donde las integrantes pueden apoyarse mutuamente, que cuando todas las participantes atraviesan la misma situación de vulnerabilidad y carencia de redes de apoyo.

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