“ME GUSTÓ VOLVER DESDE OTRO ROL, CONOCIENDO A LAS NUEVAS COMPAÑERAS, PORQUE ESTO ES UN EMPRENDIMIENTO QUE TIENE QUE SEGUIR ADELANTE”

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En el marco de la celebración de los 35 años, charlamos con una de las socias fundadoras, Gilda Vera. Nos contó cómo ha sido su historia en la institución. 

 

¿De qué forma te vinculaste por primera vez con la Casa de la Mujer de la Unión? ¿Y por qué decidiste ser socia desde su fundación?

- Gilda Vera: Con Sonia Di Katerina estábamos juntas haciendo un curso de sexualidad y en una de las conversaciones me cuenta que había llegado María Teresa desde Bélgica con un proyecto para trabajar con mujeres. Y me preguntó si yo no quería trabajar, y claro que me pareció estupendo. Toda la vida trabajé con mujeres, así que desde allí empecé a ir a las reuniones que eran en un vestuario del Club Larre Borges, que tenían una sola bombita de luz, y nos reuniremos todas alrededor de una mesa. 

En esas reuniones conocí a María Teresa Mira y también a Luján Toledo, desde ahí fuimos cumpliendo todos los pasos. El primer trabajo que se hizo directo con mujeres fue la preparación para el parto. Porque lo de más era salir al barrio a conversar con ellas, a invitarlas. Y una de las cosas que las mujeres contestaban al golpear la puerta era “ah pero esta es la hora de la novela”. Entonces una de mis primera propuestas fue:¿Y si cuando llegue el primer dinero compramos una televisión y las invitamos a ver las novelas? Y a la vez trabajamos sobre las novelas. 

Mi vida en la Casa de la Mujer de la Unión fue sin pausa. Encontré un espacio donde poder trabajar a gusto y desde mi punto de vista con mujeres, y eso fue lo que hice hasta el comienzo de la pandemia. 

¿En los años de trabajo promoviendo el parto humanizado, qué experiencias ricas tuviste en la Casa de la Mujer?

- Gilda Vera: Llevaba todo lo que venía estudiando sobre parto humanizado, y tuve el gran apoyo desde la Casa de permitirme hacer trabajos con las mujeres e invitar a las familias. Cuando trabajamos en la Semana del Parto Humanizado y también en la Semana de la Lactancia. Como estas actividades se hacían en la Casa había otra visibilidad y me sentí totalmente acompañada. 

Otra área que trabajé fue el de los derechos sexuales y reproductivos. Eso fue también un proceso muy rico en lo personal y también marcó un hito para la Casa. 

Yendo a tu tema de trabajo. ¿En estos 35 años se ha avanzado en materia de derechos para las mujeres que deciden ser madres y transitar un embarazo?

- Gilda Vera: Nosotras con la Casa tenemos una participación activa y militante en todo lo que significa los derechos de las mujeres para decidir sobre el embarazo, y si producía el embarazo decir tenerlo o no tenerlo. La militancia de la Casa fue muy importante, en más de una vez nos invitaron al Parlamento para dar nuestra visión de por qué apoyamos la idea de que las mujeres tenían que tener la libertad de decidir sobre sus cuerpos. Esta era una época donde hubo una imporante cantidad de muertes maternas por abortos clandestinos, y eso fue algo que nos movilizó muchísmo. 

También hicimos toda una apuesta a la anticoncepción, al acceso a la pastilla del día después. Realizamos un convenio con la Intendencia de Montevideo para poder hacer la toma del papanicolau, trabajamos años en esto fueron años. 

Estás jubilada de manera formal, y ahora pasaste a otro rol en la Casa de la Mujer, que es desde la Comisión Directiva. Las realidades han cambiado mucho. ¿Por qué aceptaste y qué desafíos ves que se vienen por delante?

- Gilda Vera: Lo que me sacó del golpe del trabajo con la Casa de la Mujer fue la pandemia, con mi esposo decidimos venir a Atlántida y por ende dejar Montevideo. Entonces cuando me llamaron para invitarme a formar parte de la Comisión Directiva me gustó la idea, y mucho. Significa para mí volver a un lugar en el que trabajé más de 30 años y volqué toda mi energía y toda mi profesionalidad. Y el hecho que cuando una se presenta como parte de la Casa de la Mujer de la Unión, y todo el mundo habla bien, eso es tan emocionante. 

Me gustó volver desde otro rol, conociendo a las nuevas compañeras, porque esto es un emprendimiento que tiene que seguir adelante. Es por el bien de las mujeres, de los varones. Creo mucho en el equipo, le tengo mucha fé desde siempre. Estoy feliz de haber vuelto.

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